lunes, 17 de mayo de 2010





La Osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad en la cual disminuye la cantidad de minerales en el hueso, perdiendo fuerza la parte de hueso trabecular y reduciéndose la zona cortical por un defecto en la absorción del calcio, lo que los vuelve quebradizos y susceptibles de fracturas y de microfracturas, así como anemia y ceguera.[1] La densidad mineral de los huesos se establece mediante la densitometría ósea.

La OMS la define en mujeres con una densidad mineral ósea de 2,5 de desviación estándar por debajo de la masa ósea (para el promedio de mujeres sanas de 20 años) medida por densitometría ósea; y el concepto "osteoporosis establecida" incluye presencia de fragilidad de fractura.[2]

Esta afección se produce sobre todo en mujeres, amenorreicas o postmenopaúsicas debido a la disminución del número de estrógenos y otras carencias hormonales. La deficiencia de calcio y vitamina D por malnutrición, así como el consumo de tabaco, alcohol, cafeína y la vida sedentaria incrementan el riesgo de padecer osteoporosis; la posibilidad de aparición en bulimiaréxicas es elevada.


La práctica de ejercicios y un aporte extra de calcio antes de la menopausia favorecen el mantenimiento óseo. En ciertos casos, se pueden administrar parches hormonales, aunque siempre bajo estricto control ginecológico.

¿CUAL ES SU CAUSA?
Los huesos están sometidos a un remodelado contínuo mediante procesos de formación y reabsorción, y también sirven como reservorio de calcio del organismo. A partir de los 35 años se incia la pérdida de pequeñas cantidades de hueso. Múltiples enfermedades o hábitos de vida pueden incrementar la pérdida de hueso ocasionando osteoporosis a una edad más precoz. Algunas mujeres están, también, predispuestas a la osteoporosis por una baja masa ósea en la edad adulta.
La menopausia es la principal causa de osteoporosis en las mujeres, debido a disminución de los niveles de estrógenos. La pérdida de estrógenos por la menopausia fisiológica o por la extirpación quirúrgica de los ovarios, ocasiona una rápida pérdida de hueso. Las mujeres, especialmente las caucásicas y asiáticas, tienen una menor masa ósea que los hombres. La pérdida de hueso ocasiona una menor resistencia del mismo, que conduce fácilmente a fracturas de la muñeca, columna y la cadera.



TRATAMIENTO
El mejor tratamiento de la osteoporosis es la prevención. Una ingesta adecuada de cálcio y el ejercicio físico durante la adolescencia y la juventud, puede incrementar el pico de masa ósea, lo cual redunda en una reducción de la pérdida de hueso y en un menor riesgo de fractura en años posteriores. El consumo adecuado de cálcio y de vitaminas durante la madurez es esencial para la salud del hueso.
En situaciones de menopausia precoz, las mujeres deben tomar estrógenos para prevenir la pérdida post-menopáusica de hueso; se debe de añadir un progestágeno si el útero está intacto. El reemplazamiento estrogénico es un tratamiento efectivo para prevenir la pérdida post-menopáusica de hueso y es también efectivo en la prevención de fracturas osteoporóticas. El tratamiento hormonal sustitutivo requiere un estricto control ginecológico y una cuidadosa selección de pacientes.
Las mujeres post-menopáusicas con baja masa ósea o osteoporosis establecida y que tengan contraindicación para el tratamiento hormonal sustitutivo, los Bifosfonatos (Alendronato o Etidronato) y la Calcitonina, son medicamentos efectivos para prevenir la pérdida de hueso.
El caminar y los ejercicios de extensión de la columna pueden estabilizar o incluso incrementar ligeramente la masa ósea y mejorar el balance y la fuerza musculares, previniendo caídas y fracturas.
Las fracturas vertebrales deben tratarse inicialmente con reposo, analgésicos, lumbostato y rehabilitacion. Otros posibles tratamientos, actualmente en estudio, incluyen vitamina D, fluoruros y hormona paratiroidea.
EL PAPEL DEL REUMATÓLOGO EN EL TRATAMIENTO DE LA OSTEOPOROSIS
Como especialista entrenado para evaluar enfermedades reumáticas, los Reumatólogos pueden diferenciar la osteoporosis de las enfermedades que originan pérdida de hueso y establecer y monitorizar un programa terapéutico. Los Reumatólogos son activos agentes en la educación del público en general y de otros médicos, sobre este grave problema sanitario.




Pérdida de tejido, clave en diagnóstico de osteoporosis



La pérdida de tejido compacto relacionada con la edad podría ser clave para el diagnóstico y tratamiento de la osteoporosis, según un estudio publicado en el último número de la revista médica "The Lancet".


El 80 por ciento de las fracturas sufridas por pacientes mayores de 65 años es resultado de una pérdida de tejido compacto y no -como se creía hasta ahora- de tejido esponjoso, el otro elemento que compone los huesos.

Así, los medicamentos para suplir la pérdida de tejido compacto podrían reducir el riesgo de fracturas y deberían utilizarse en el tratamiento de personas mayores con osteoporosis.

Según el artículo, durante los últimos 70 años las investigaciones sobre osteoporosis se centraron en la pérdida de tejido esponjoso, las fracturas producidas en esta parte de los huesos y en las vértebras, que contienen una gran cantidad de ese tejido.

Para investigar el papel del tejido compacto en el aumento de la probabilidad de sufrir fracturas, un equipo de investigadores de la Universidad de Melbourne (Australia) utilizó rayos-X de alta resolución para capturar tomografías y microscopios de electrones.

Con estas herramientas, examinaron el efecto de la edad en la densidad de las apatitas, mineral del que se componen los huesos, y en la porosidad del tejido compacto para comparar la pérdida de tejido compacto y esponjoso del extremo distal del radio, el hueso del brazo que se fractura más habitualmente.

Los investigadores extrajeron información de los tejidos óseos de 122 mujeres de raza blanca y de 24 personas ya fallecidas para calcular las diferencias en el tejido a diferentes edades.

De este modo calcularon que, entre los 50 y los 64 años, la presencia de apatitas en la masa ósea del extremo distal del radio se reducía un 16 por ciento, mientras que a partir de los 65 años mermaba un promedio de un 84 por ciento.

El 68 por ciento de las pérdidas de este mineral correspondía al tejido compacto y el 32 por ciento restante al esponjoso.

Con estos datos, los investigadores concluyeron que los métodos actuales de medida de la pérdida de densidad mineral de los huesos para calcular las probabilidades de sufrir fracturas no tienen suficientemente en cuenta el incremento de la porosidad del tejido compacto relacionado con la edad.

Los investigadores sugieren que "la evaluación certera de la estructura ósea podría mejorar la diferenciación de los individuos con alto y con bajo riesgo de fracturas, lo que permitiría que se les administrara un tratamiento adecuado".

"Los tratamientos actuales reducen las fracturas no vertebrales sólo en un 20 ó 30 por ciento de los casos. Se necesitan más estudios para definir mejor los mecanismos que causan la fragilidad del tejido compacto", defendieron los autores del estudio.